(review) Una extraordinaria forma de generosidad. Johanna Unzueta en GGM

«La atención es la forma más extraordinaria y pura de la generosidad «

Simone Weil

 

Unos días antes de la inauguración de la individual de Johanna Unzueta El jardín de Psyche en Galería Gabriela Mistral me junté a conversar con ella sobre su nueva obra con ganas de poder inmiscuirme en aquellos detalles que no siempre son visibles una vez que está todo listo y cuidadosamente montado para el público. Estaban ya instalados los 12 dibujos que conforman la exposición, algunos colgados con bisagras de manera perpendicular al muro, y otros de pie sobre unos trozos de madera en el suelo, como esculturas. En ambos casos era posible ver los papeles por ambas caras, dejando a la vista que éstos habían sido teñidos manualmente  – con añil, fustic, y otros extractos de plantas–, y algunos sutilmente perforados con aguja. Johanna trabajaba entonces en el mural que se observa a la entrada de la galería y donde van montados los videos Dinamarca : Mercurio y su jardín (2012) y Dinamarca : Mercurio y Hula Hoop (original) (2016) mostrados por primera vez y de forma especial para esta exposición. Subida sobre una escalera dibujaba círculos enormes, círculos perfectos, que parecían hechos por una máquina, pero que en verdad estaban calculados a pulso por su mano. La relación entre los círculos de uno de los primeros dibujos de esta serie con el mural sugerían que algo, en este último tiempo, se estaba expandiendo.

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Desde hace algunos años, y producto de mis viajes a Nueva York, nos hemos ido acercando y he tenido la suerte de poder ser testigo de la evolución que ha ido experimentando su obra, y sobre todo los diferentes momentos de sensibilidad por los que ella ha ido atravesando en busca de trasmitir en sus piezas esa dignidad con la que todo ser vivo debiese habitar este mundo.  La postura artística de Johanna es la generosidad, una suerte de devoción a su práctica. Los objetos por los que ha sido más conocida, aquellos de fieltro, han sido hechos a mano por ella, uno a uno, con absoluta dedicación y entrega al tiempo que estos requieren, al material, a las costuras del fieltro, al corte de cada una de las piezas, sus engranajes y movimientos. Todas sus instalaciones están cargadas de la energía de lo hecho a mano, como si el calor del cuerpo y la atención de la mirada quedaran impregnados en la materia y con ello llenaran el espacio expositivo.

Aunque sus videos son quizá menos conocidos, la mayoría de estos han sido hechos en distintas zonas de la ciudad de Nueva York y otros en lugares a los que ha tenido la oportunidad de viajar ya sea por una residencia o exposición. Tienen una estética extremadamente sencilla, en algunos ella aparece performando una máscara o un traje como en Tools (2013) o en otros la cámara simplemente recorre un espacio o observa un fenómeno durante largos minutos como en Fósforo (2011) o Natural Movements (2010). Menciono esto porque pienso que los videos de Johanna delatan un vínculo afectivo así como también una actitud práctica, una combinación de rasgos de su propia personalidad, que la han llevado a trabajar desde un contexto familiar, haciendo colaboraciones con su pareja o con su hijo que aparece en videos como Autorretrato (2004).  En este último Johanna enfrenta, como lo han hecho otras artistas, la delicada situación que vive una artista al ser madre, en un contexto donde, aunque no lo parezca, aún existen muchas barreras que romper.

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Los primeros dibujos que Johanna me mostró en su estudio en 2014 estaban sobre la mesa cubiertos con papel seda, ella transitaba aún ese momento en que no hay la certeza de que éstas fueran ya obras definitivas, pero en su generosidad de compartirlas conmigo estaba la satisfacción, de estar haciendo algo, en cuyo proceso, había un goce enorme y sobretodo la sensación de que cada círculo y cada perforación sobre el papel, eran como la inhalación profunda de un aire nítido y nuevo, mediante la cual todo lo inservible era removido. En 2008 Johanna había visitado el museo de la artista Ema Kunz (1892-1963) en Suiza, hecho que me hizo pensar que había una interesante relación en la forma en que ambas abordaban este medio. Para Kunz el proceso de creación de sus dibujos involucraba un camino de purificación del espíritu, de transformación de energías, y sobre todo una total entrega al acto creativo como instancia de comunión con uno mismo, algo que Johanna también ha experimentado, y posiblemente algo que los dibujos transmiten a las personas que los observamos. Desde ese encuentro los dibujos de Johanna simbolizaron para mi una búsqueda muy personal, el ejercicio de hacer entrar en uno todas las fuerzas externas y sacar fuera todo lo interno, por generar un constante intercambio entre el adentro y el afuera.

De aquí que me resulte muy significativo que el nombre de la exposición que presenta hoy traiga el mito de Psyche a rondar sus dibujos y sus videos. Psyche es una divinidad griega, es la personificación del alma, y el término griego para espíritu. Sin embargo Psyche es también la mente y simboliza el centro del pensamiento y el comportamiento. En sus jardines fluyen las fuerzas y los secretos del amor. En cada obra el movimiento circular está presente por todos lados, todo da vueltas, y la única manera de no perder el equilibrio es fijando nuestra atención en un punto que se mueve sobre su propio eje, como la tierra, como marcando ese punto central desde el cual todo puede ser transformado. Dice también Simon Weil que “la atención absolutamente pura y sin mezcla es oración.” Orar es contemplar, es adoptar una posición, es un modo de observar lo que está junto a nosotros o más allá.