(CURARE) Lenguaje: Una colectiva en L21 The Gallery

“Las relaciones matemáticas no son primeramente referidas en la mente en virtud de un proceso conceptual, sino que son mas bien producto de una especie de intuición puramente cuantitativa, y son innatas en aquellos individuos, así como en una planta es innato, en virtud de un  principio formal, el numero de pétalos, o en una manzana el número de cápsulas que contienen la semilla.”

Johannes Kepler, La armonía del mundo.

 

Para algunas personas las matemáticas son un lenguaje natural, presente en la mayoría de las cosas, aplicable a múltiples aspectos de la vida diaria. Para otros como yo las matemáticas son algo abstracto, complejo de entender, y que en un sentido práctico solo sirve para hacer cálculos relacionados con el dinero y la cocina. No quiero subestimar la importancia de las matemáticas, sino que abrir un espacio para la comprensión de que nosotros, los seres humanos, tenemos de manera innata sensibilidades completamente opuestas mediante las cuales percibimos la realidad que nos rodea. Así como para una mente matemática los números son un lenguaje capaz de establecer infinitos puentes en el mundo físico – incluso cuando este es invisible a nuestros ojos-, haciendo aparecer realidades subyacentes, para una mente como la mía son las formas estéticas y las palabras las que de manera innata conforman mi imagen del mundo, originando diálogos y conexiones que yo percibo como mis vías naturales de contacto con la realidad.

Vista de la exposición LENGUAJE en L21 Gallery, Palma de Mallorca España. Imágenes cortesía de L21.

 

Johannes Kepler, matemático alemán, señala que la intuición es la que despierta una visión matemática de las cosas, así mismo es la intuición la que despierta la percepción estética que lleva a un artista a determinar la forma definitiva de una obra. Bajo esta mirada las matemáticas y el arte serían dos lenguajes diferentes aunque mediados por una misma intuición, lo que me lleva  a pensar fronteras mucho más amplias para el  lenguaje, en las cuales cada uno de nosotros, como individuos, posee el potencial de crear formas de expresión completamente diferentes y originales. Digo potencial porque nuestro desarrollo no es tan sencillo como para plantearlo solamente en términos formales, y no todos nosotros llegamos a desarrollar ese lenguaje propio de tal manera que sea reconocido por nuestros pares. En el arte, es el desarrollo de este potencial, el que permite a un artista llamarse como tal, evidentemente sumado a muchos otros factores que tienen que ver con su cultura, origen, personalidad, relaciones, etc.

Los artistas reunidos en esta exposición tienen en común el estar desarrollando lenguajes que para L21 simbolizan un punto de vista crítico, a través del cual tomar postura de la realidad y del contexto presente. En la exposición estos lenguajes se ven tensionados, se distorsionan en la medida que son interpretados y se transforman al dialogar los unos con los otros. Cada obra genera diferentes reacciones, cada voz desencadena una serie de situaciones  a veces fuertemente asociadas a la imposibilidad de aprehender la realidad, o visto desde otro modo, al desgaste de vivir en una ficción. Cuando entro en una sala de exposiciones, no busco que mi mirada recorra un espacio homogéneo de conexiones sutiles, sino que descoloque por completo mi lógica natural e intuitiva, para con ello abrir lugar la aparición de otras formas de visión más allá lo aprendido. Algunas de las propuestas en exposición son formalmente mínimas, con poco uso del color y simpleza extrema, otras desenfadadas y explosivas, de colores estridentes. En muchas de ellas la presencia de formas y objetos desplazados de su funcionalidad cotidiana me hacen pensar en el travestismo de los lenguajes, en su capacidad de ser dos a la vez, reconociendo su condición original, y no sin cierto erotismo y perversidad, seduciéndonos con su nuevo despliegue contextual.

Vista de la exposición LENGUAJE en L21 Gallery, Palma de Mallorca España. Imágenes cortesía de L21.

Vista de la exposición LENGUAJE en L21 Gallery, Palma de Mallorca España. Imágenes cortesía de L21.

 

La mayoría de los lenguajes, sino son todos, existen para medir el mundo y en un comienzo son siempre reductivos, intentan poner dentro de un mínimo de palabras o cifras, una alta cantidad de información, para luego expandir esos significados. En el arte contemporáneo esto se da con total naturalidad, el artista crea, toma prestado o señala un objeto, realiza una acción o deja pistas, de medidas que está constantemente realizando en su paso por el mundo, de ahí que para mi sean las formas resultantes de todos esos gestos artísticos, una de las expresiones lingüísticas más potentes y efectivas de alterar y con ello transformar nuestras condiciones vitales.

LENGUAJE reúne los lenguajes de diez y siete artistas, con una serie de sensibilidades innatas completamente opuestas, combinando tanto la intuición matemática como la estética, la lógica como la simbólica, en la creación de obras que cuestionan las políticas de la representación y el lenguaje mismo del arte. Ahora toca iniciar el recorrido de lectura que conduce de una obra a la otra. Han sido montadas como pistas, como letras que van formando una palabras y sumadas un texto, o quizá como números, que combinados en una operación matemática específica pueden abrir paso a realidades que nunca antes vimos.

 

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Este texto fue escrito para la exposición LENGUAJE inauguró el 16 de diciembre de 2016 en Galería L21 Palma de Mallorca, España. La exposición cuenta con trabajos de Wilfredo Prieto, Álvaro Gil, Ian Waelder, Marlena Kudlicka, Pedro Barateiro,Valerie Krause, Pep Vidal, Daniel Steegman Mangrané, Nuria Fuster, Jonathan Meese, Bel Fullana, Rasmus Nilausen, Rafa Forteza, Joan Morey, Alejandro Leonhardt, Abdul Vas, Secundino Hernández. 

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