(Exposición) «El Turista» de Coco González

Con una estética siempre lúdica y apasionada, incluso en esos momentos de desesperanza, la obra de Coco González es testigo de una relación profundamente personal con la pintura como posibilidad de existencia, como una forma de abordar las tensiones del día a día y la fuerza conmovedora de la realidad. Sus últimas pinturas tienen formato de viaje, no tienen la ambición de una gran obra, más bien parecen las cartas de un oráculo, contenedoras de un destino insospechado. Son como postales de un turista melancólico que añora la energía del viaje, no el ajetreo de los aeropuertos, ni el paraíso caribeño, sino el romanticismo y misticismo de un explorador en busca de tierras lejanas, que sin saberlo, va al encuentro de sí mismo. A través de ellas somos invitados a realizar un viaje imaginario y místico, donde la pintura actúa como puente entre varios momentos de una misma historia.

«Ahora», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

No por casualidad son treinta y tres obras, un número cabalístico que simboliza el amor por todo lo que existe, y representa el destino de la humanidad. En ellas el fuego es una parte importante de este mundo imaginario, el frate focu (padre fuego) como símbolo del hogar. Los alquimistas interpretaban el fuego como el ciclo del encuentro y el desencuentro, el despertar del ánima que nos acompaña a lo largo del camino de la conciencia, transmutador del viaje de la vida a la muerte como un eterno retorno. Con el fuego como compañero, “El Turista”, personaje principal de estas pinturas, se sitúa en la magnitud, se prepara pacientemente para el comienzo de algo nuevo. Otro aspecto simbólico interesante, y que González comenzó a incluir en su obra hace ya varios años, son estos personajes muy característicos, que de cierta forma encarnan sus propias experiencias, y que a lo largo de estas pinturas aparecen desnudos, con máscaras negras puntiagudas, o encapuchados; a veces solos, otras veces reunidos en un clan o una tribu.

Los títulos de las pinturas son fundamentales para conducir este viaje, hay un grupo de ellas bajo la etiqueta de lo “Neo” (lo nuevo), que se manifiesta en la posibilidad de una “Neo Realidad”, acompañada de una “Neo Ecología” y el mito de una “Neo Medusa” que emergen a la luz de una penumbra que inunda el paisaje en espera de la llegada de la Aurora. Por su parte “La Señal” no es una llamada divina, es un encuentro en las profundidades del paisaje interior con la luz que vive en la oscuridad, la lumen-naturae, la chispa que enciende el fuego primordial y que hace que la oscuridad misma no sea absolutamente negra.  De ahí que “El Destino” se presente como una balsa que flota a la deriva de la corriente, en un mar que descansa de una tormenta reciente, ésta acarrea, finalmente, a este personaje desnudo hacia la orilla, donde se encontrará con “La Caravana” y donde junto a sus pares, soñará con la posibilidad de un nuevo hogar. Le siguen despedidas, huidas, llegadas, acuerdos, olvidos, esperas; cada una es una posibilidad en este oráculo de viaje cargado de pistas, arquetipos, y visiones. 

 

«Camino a la tierra prometida», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«El acuerdo», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«El olvido», óleo sobre cartón, 15 x 12cms (2020)

 

«Zoonosis», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«Neo», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«Neo ecología», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«Neo realidad», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«La caravana», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

«El destino», óleo sobre cartón, 15 x 12 cms (2020)

 

Jorge “Coco” González Lohse (1965) es artista visual, curador, editor y gestor cultural, Licenciado en Artes con mención en Pintura por la Universidad de Chile. Dedicado principalmente a la pintura y a la escultura, su trabajo ha sido influido por el neopop, el expresionismo alemán, la pintura metafísica, el arte conceptual, el surrealismo y la gráfica popular. La problemática en su obra trata sobre la sublimación de la piel, girando en torno a las nociones de “cuerpo colectivo” y de “pertenencia”, indagando en las relaciones entre lo cotidiano y las imágenes vernáculas. En ella, el absurdo, la contradicción y lo onírico se amalgaman en la búsqueda de un lenguaje plástico de mano de la crítica social y el humor. El trabajo del artista puede identificarse con la llamada Revuelta Vitalista, grupo de artistas que irrumpen en el regreso a la democracia en Chile a comienzos de los años noventa, quienes se vinculan en instancias puntuales, pero luego se apartan de esta escena para fijar su propia narrativa ligada a expresiones esteticistas heterogéneas que sacan su inspiración del punk y el rock, el cómic, la moda, el new wave y el neo-hippie.

 

Este texto fue escrito para la exposición virtual de Coco González «El Turista» en Isabel Croxato Galería. Para ver el tour virtual hacer click AQUÍ